"El espíritu mío ha tendido siempre a concepciones muy elevadas de lo que debiera ser la Vida. Nunca encontré en el camino de mi existencia los elementos, inmediatos, para alcanzar la realización de este anhelo. Y al llegar a esta avanzada edad de mi ... existencia siempre convulsionada por una multitud de acontecimientos, de hechos, de accidentes, de incidentes, que en la mayor parte de los casos han amargado mi vida, y dolorido mi existencia, alcanzando sólo en suma más dolores que anhelos realizados, más sinsabores que actos agradables. ¿Para qué sirve esta parte de la vida? Es decir: ¿Para qué sirve para mí que después de haberla vivido un largo período humano, (48 años), durante los cuales he luchado por alcanzar la satisfacción de los apetitos de mi Naturaleza, sin conseguirlo, llego a este momento, no diré cansado, pues, creo no haberme cansado todavía, pero llego como expreso aquí sin sentirme con voluntad para continuar buscando lo que hasta la fecha no he encontrado. Por eso me voy a vivir la vida eterna por el camino más fácil. Sábado, agosto 30 de 1924"
Luis Emilio Recabarren
Podría considerarse admirable la aceptación del fracaso. El reconocimiento de que cualquier a de los caminos hacia la felicidad - si es que hubieron de existir alguna vez - han desaparecido. Al cabo de aquel momento, para toda persona, se abrirán dos nuevas vías... pero esta vez nada más que de escape. La primera de ellas, la enajenación. Podemos, ciertamente, creernos todas nuestras mentiras. Pero sería estúpido. El objetivo de nuestros engaños es que sean creídos por los demás, ese es el parámetro en que debe basarse la consideración de su éxito. El otro escape, digno a diferencia del primero, es el abandono voluntario de la vida. Aunque, también podría haber un tercero...
Fuente: Informe de la Comisión Investigadora de la Federación Obrera de Chile y del Partido Comunista de Chile sobre la muerte de Luis Emilio Recabarren, diciembre de 1924 (http://www.salvador-allende.cl/Recabarren/Comision.pdf)