lunes, 29 de diciembre de 2008

Ellos nos vigilan... ¿Pero quién los vigila a ellos?

<<Las calles son arroyos y los arroyos están llenos de sangre… y cuando los desagües se atasquen, todos los gusanos se ahogarán.

Toda la inmundicia de su sexo y violencia hará espuma a su alrededor, y todos los políticos y las prostitutas mirarán arriba y gritarán: “¡Sálvanos!”…

…Y yo miraré abajo y diré: “No”.

Tuvieron su oportunidad, todos ellos. Pudieron seguir las huellas de buenos hombres como mi padre, [...]. Hombres decentes que creían en la paga de un día por el trabajo de un día.

En vez de eso, siguieron los pasos de libertinos y comunistas, sin darse cuenta de que el camino llevaba a un precipicio hasta que fue demasiado tarde.

No me digas que no tuvieron su oportunidad.

Ahora el mundo entero está al borde del infierno, todos esos liberales, intelectuales y charlatanes...

... y de repente, nadie puede pensar en algo que decir>>.

WATCHMEN


miércoles, 29 de octubre de 2008

El voluntario abandono de la vida

"El espíritu mío ha tendido siempre a concepciones muy elevadas de lo que debiera ser la Vida. Nunca encontré en el camino de mi existencia los elementos, inmediatos, para alcanzar la realización de este anhelo. Y al llegar a esta avanzada edad de mi ... existencia siempre convulsionada por una multitud de acontecimientos, de hechos, de accidentes, de incidentes, que en la mayor parte de los casos han amargado mi vida, y dolorido mi existencia, alcanzando sólo en suma más dolores que anhelos realizados, más sinsabores que actos agradables. ¿Para qué sirve esta parte de la vida? Es decir: ¿Para qué sirve para mí que después de haberla vivido un largo período humano, (48 años), durante los cuales he luchado por alcanzar la satisfacción de los apetitos de mi Naturaleza, sin conseguirlo, llego a este momento, no diré cansado, pues, creo no haberme cansado todavía, pero llego como expreso aquí sin sentirme con voluntad para continuar buscando lo que hasta la fecha no he encontrado. Por eso me voy a vivir la vida eterna por el camino más fácil. Sábado, agosto 30 de 1924"

Luis Emilio Recabarren


Podría considerarse admirable la aceptación del fracaso. El reconocimiento de que cualquier a de los caminos hacia la felicidad - si es que hubieron de existir alguna vez - han desaparecido. Al cabo de aquel momento, para toda persona, se abrirán dos nuevas vías... pero esta vez nada más que de escape. La primera de ellas, la enajenación. Podemos, ciertamente, creernos todas nuestras mentiras. Pero sería estúpido. El objetivo de nuestros engaños es que sean creídos por los demás, ese es el parámetro en que debe basarse la consideración de su éxito. El otro escape, digno a diferencia del primero, es el abandono voluntario de la vida. Aunque, también podría haber un tercero...


Fuente: Informe de la Comisión Investigadora de la Federación Obrera de Chile y del Partido Comunista de Chile sobre la muerte de Luis Emilio Recabarren, diciembre de 1924 (http://www.salvador-allende.cl/Recabarren/Comision.pdf)

El voluntario abandono de la vida

"El espíritu mío ha tendido siempre a concepciones muy elevadas de lo que debiera ser la Vida. Nunca encontré en el camino de mi existencia los elementos, inmediatos, para alcanzar la realización de este anhelo. Y al llegar a esta avanzada edad de mi ... existencia siempre convulsionada por una multitud de acontecimientos, de hechos, de accidentes, de incidentes, que en la mayor parte de los casos han amargado mi vida, y dolorido mi existencia, alcanzando sólo en suma más dolores que anhelos realizados, más sinsabores que actos agradables. ¿Para qué sirve esta parte de la vida? Es decir: ¿Para qué sirve para mí que después de haberla vivido un largo período humano, (48 años), durante los cuales he luchado por alcanzar la satisfacción de los apetitos de mi Naturaleza, sin conseguirlo, llego a este momento, no diré cansado, pues, creo no haberme cansado todavía, pero llego como expreso aquí sin sentirme con voluntad para continuar buscando lo que hasta la fecha no he encontrado. Por eso me voy a vivir la vida eterna por el camino más fácil. Sábado, agosto 30 de 1924"

Luis Emilio Recabarren


Podría considerarse admirable la aceptación del fracaso. El reconocimiento de que cualquier a de los caminos hacia la felicidad - si es que hubieron de existir alguna vez - han desaparecido. Al cabo de aquel momento, para toda persona, se abrirán dos nuevas vías... pero esta vez nada más que de escape. La primera de ellas, la enajenación. Podemos, ciertamente, creernos todas nuestras mentiras. Pero sería estúpido. El objetivo de nuestros engaños es que sean creídos por los demás, ese es el parámetro en que debe basarse la consideración de su éxito. El otro escape, digno a diferencia del primero, es el abandono voluntario de la vida. Aunque, también podría haber un tercero...


Fuente:

Informe de la Comisión Investigadora de la Federación Obrera de Chile y del Partido Comunista de Chile sobre la muerte de Luis Emilio Recabarren, diciembre de 1924 (http://www.salvador-allende.cl/Recabarren/Comision.pdf)

viernes, 10 de octubre de 2008

¿Y mañana qué?


Hace casi 80 años, cuando el corazón del liberalismo comenzaba a dar sus últimos latidos, dos imponentes buitres - el 'socialismo' y el fascismo - esperaban ansiosos la muerte del sistema capitalista para llenar aquel mundo que quedaba entonces vacío.
Pero hoy, 79 años después, ¿cuál es la opción? ¿Cuál es la alternativa en un mundo sometido por décadas a un dominio internacional, no sólo político, sino también económico unipolar? ¿Cuál es el camino a seguir en una era en donde los grandes programas de los políticos contemporáneos se reducen a la promesa de instalar más semáforos?
¿Vale, entonces, la pena poner el pie para hacer la zancadilla que termine derribando finalmente estos casi cuarenta años de desmesura de la individualidad? Vale, claro que sí, pero sólo mientras subyazca un nuevo Ideal.

lunes, 29 de septiembre de 2008

«La fiesta del poder se acabó para los amos del universo. Derramad una lágrima. Cuando transas pedazos de papel por otros pedazos de papel en lugar de comerciarlos por cosas reales, un día alguien se despierta y se da cuenta que el papel no vale nada»